domingo, 9 de junio de 2013

EN CUATRO...



No tengo muy claro el año, pero estaba en boga la peli "Roller Boogie" y los patines (de cuatro ruedas) en todo su furor. Recuerdo el video de Hell on wheels de Cher, la canción era chevere, invitaba a patinar, pero mi hermano y yo eramos muy chicos para esa onda, pero de hecho queríamos nuestros patines. Mi tío Pipo ya tenìa los suyos(unos botines negros), mi tía Jossy también(unos botines blancos), y por ende mis primas. Esta vez mi mamá no tenìa escapatoria, nos tuvo que comprar patines. Era en un taller por Lince, donde te vendían las zapatillas(Sinfin!), les hacían 4 perforaciones con una broca y las enroscaban a la plancha del patín. Yo estaba totalmente fascinada con el proceso,.. hasta con el olor a plástico caliente!.No eran los botines que soñábamos, pero para comenzar estaban perfectos!(mi mamá siempre acertada con sus ideas "prácticas" o "corta alas", como mejor les parezca). Mis zapatillas eran como unos zapatitos de lona azul marino, con los costados de color rojo(justo en la parte donde va el pasador), y la suela plástica con taquito típico de zapato y puntera en color blanco, al igual que los pasadores tipo cordón. Eran bastante especiales, fuera de lo común, al principio no me gustaban mucho, pero luego andaba contenta, porque me hicieron ver que nadie tenìa unos iguales. Aplaudo ese poder de convencimiento que tenìa mi mamá para evitar quejas post compra. Llegamos a la casa a patinar en el garaje, al día siguiente se estrenarían en sociedad. La cita era en San Bartolo, para algún agasajo de mis primas. Parecíamos un par de cachorros dando su primeros pasos con las piernas rígidas, peor aún, parecíamos esos perros a los que les ponen zapatos para el frío. Nos resbalábamos, no teníamos estabilidad, nos agarrábamos de las paredes y de la gente. Las rampas del malecón eran la mejor parte, no tenían pierde.Un papelón! Después de ese debut, las cosas fueron cambiando con el tiempo y me convertí con la práctica, en una experta!.Como todo boom, pasaron de moda, crecí y el nuevo objeto del deseo, era la bicicleta (con la que a pesar de haberme sacado la michi, no le guardo rencor). Para el 90 o 91, me regalaron los patines de una sola hilera. Nunca los pude dominar, mucha velocidad, el freno atrás, aparatosos, me sentía aprisionada, y el fin de fiesta y la perfecta excusa para abandonarlos, fue la persecución de la que fui casi victima, por un perro, desde el cruce la Av. Velazco Astete con Primavera, hasta una cdra. antes de mi casa. Suficiente! Me encantaría tener otra vez una bici, pero el tener que subir y bajar escaleras, que dónde la cuadras sin que te la roben, que cuándo y dónde la vas a usar, que el tráfico, etc, le hizo espacio a la idea de tener unos patines de nuevo, pero esos de cuatro ruedas, como los de La Pequeña Lulú, esos que tienen solo 2 correas y que los puedo usar casi con todos mis zapatos. Cerradoo!!...cual máquina del tiempo volví a toda esa experiencia desastrosa que les acabo de contar, pero esta vez, con sonrisa de oreja a oreja.