lunes, 23 de diciembre de 2013

TOY STORY : EL GRAN CHAFITA





Una vez más, después de una limpieza contra mi voluntad, apareció Chafita. Tiene cerca de 40 años, puede ser un poquito menos o un poquito más. Al igual que una, está en aparente buen estado, aunque ya tiene la piel de su carita y de la parte baja de la espalda, ligeramente dañada. Sus orejas y cachitos se han oscurecido al igual que su hocico. Chafita es una jirafa macho, tiene cuello y corbata, y en algún momento mi mamá le hizo una especie de tapado de un retazo de pijama a manera de saco. Nadie recuerda si fue un regalo de Navidad, de cumpleaños o sabe Dios que... Tampoco me queda muy claro quién lo regaló, el asunto es que fue manzana de la discordia entre mi hermano y yo durante nuestros primeros años de vida(al igual que una Pantera Rosa de velour, rellena de semillas y un plato Ornamin de Lassie), normalmente era él quien se quedaba con la bendita jirafa; por cierto, Chafita ya estaba en la casa cuando yo me percaté que existía, lo que me hacía dudar de quien era el verdadero dueño. Cuantas sacadas de mugre con jalones de pelo y arañasos, acompañados de sapos y culebras, ...todo por Chafita. Pero el sigue ahí, igual, con la misma expresión de buena gente, pacífico, y vestido con su ropa para ir a trabajar. Podría contarles, en donde creo que trabaja y como se siente respecto a su chamba, pero pienso que sería un poco quemado hacerlo. Lo que si les digo es no hay ventilador en ese local donde labora,  q usa una camisa manga corta y que para medio sudado. OJO, no son mis proyecciones, solo mi imaginación.
Chafita sigue emitiendo su sonido al ser apachurrado, como el típico muñeco que le compran a los perros en los supermercados pero sin tanta bulla. Esa es su única gracia. No me veo guardándolo para un futuro hijo y menos para un sobrino, ya está viejo para esos trabajos, y me daría pena que lo maltraten y que no le den el lugar que yo le doy. La verdad es que solo me acuerdo de su existencia cuando abro ese baúl que huele a alcanfor añejo, lo veo un rato, lo ventilo y luego vuelve a su lugar. Por alguna extraña razón, nunca lo pude regalar, a diferencia de Barbies, Cicciobello, Familia Feliz, peluches, etc....pero tampoco me interesa verlo a diario. Solo siento que es un gusto el reencontrarnos, y que mejor que en estas fechas. Son los Christmas blues, dicen....